¡Estamos en Vogue! Descubre la entrevista tan guay que nos hicieron
Cómo convertir una bebida saludable que apoya la economía rural en una marca de referencia
Hace un par de semanas, Vogue nos hacía un reportaje y nos brindaba la oportunidad de contar nuestra historia.
Para nosotras supone un logro enorme que un medio como Vogue nos reconozca tanto tiempo de trabajo y esfuerzo. Estamos tan agradecidas y felices que solo podemos gritar GRACIAS a los cuatro vientos.
Y es que... aquella idea que comenzaba a forjarse en un desván de Extremadura, hoy es más que eso. Es el sueño hecho realidad de dos jóvenes emprendedoras que han logrado hacer de su proyecto, marca de referencia a nivel europeo.
Siempre lo decimos: hemos creado Komvida con un único propósito: contribuir al bienestar de las personas. Esto lo conseguimos a través de dos factores clave.
Komvida como producto: Kombucha de verdad de la buena
Komvida es la alternativa a los refrescos azucarados y carbonatados que tanto daño nos hacen. Hacemos nuestra kombucha de manera artesanal, sin nada raro añadido, respetando sus tiempos de fermentación y no pasteurizándola para que mantenga sus propiedades probióticas.
Envasamos en vidrio, para cuidar del medio ambiente y la producimos de manera sostenible.
Hacer las cosas bien tiene un precio, pero seguiremos haciéndolas así de bien y con tanto cariño y tesón para hacerte llegar el mejor producto. La mejor kombucha del mundo.
Komvida como proyecto: Va por las mujeres
El sur de Extremadura no plantea muchas oportunidades laborales para las mujeres rurales. La industria que puedes encontrar se reduce a mataderos y alguna bodega y quesería. Nosotras hemos querido apostar por nuestra tierra y llevar innovación en forma de una fábrica de kombucha que emplea a casi más de 30 mujeres. Mujeres con diferentes historias, edades y situaciones personales, pero todas ellas, increíblemente trabajadoras, inteligentes, preparadas y motivadas para cumplir aquel sueño de llevar nuestra proyecto lejos. Un sueño que ha pasado a formar parte de todas ellas.
A nosotras nos llamaron locas, nos dijeron que no podíamos hacerlo y que éramos una ingenuas. Pero las mujeres rurales no tenemos límite.
Nosotras confiamos y creemos en ti. A por todas.
Chin chin,
Nuria y Bea