Microbiota | ¿Cómo mantenerla sana y equilibrada?

¿Qué es la microbiota?

La microbiota es una comunidad de microorganismos o bacterias que se encuentran en nuestro intestino y que nos ayudan a digerir correctamente los alimentos así como absorber los nutrientes que estos nos aportan. Nuestra microbiota tiene una gran repercusión en nuestro cuerpo y salud general, como descubrirás en este artículo. 

Una microbiota sana y equilibrada es muy beneficiosa para el desarrollo del sistema inmune y puede tener muchos efectos en nuestro cuerpo que seguro que no te imaginas. Sigue leyendo y descubre todo lo que una microbiota sana puede hacer por ti. 

Microbiota: funciones

Ya sabemos que la microbiota es esencial en el correcto funcionamiento de nuestro organismo.

Pero, ¿por qué?, ¿qué funciones realiza la microbiota? ¡Te lo contamos!

  • La microbiota colabora en la producción de energía y vitaminas que nuestro cuerpo necesita, como por ejemplo la vitamina K y algunos del complejo B. 
  • Regula el metabolismo, ayudándonos a digerir mejor ciertos alimentos que no han sido completamente digeridos en el intestino o en el estómago.
  • Contribuye a fortalecer nuestro sistema inmune.
  • Nos protege de otros microorganismos patógenos, no tan beneficiosos. 
  • Regula la secreción de neurotransmisores intestinales, insulina y péptidos básicos para ciertos procesos vitales.

¿Por qué es importante cuidar nuestra microbiota?

Desde que nacemos, la microbiota y otras células de nuestro cuerpo se encuentran en relación simbiótica, evolucionando y adaptándose a medida que pasa el tiempo. La microbiota, por su función y por su capacidad metabólica es considerada como un “órgano” esencial que influye de forma significativa en la salud y en la prevención de enfermedades.  

La microbiota es, en términos generales, estable, pero es verdad que existen ciertos factores que pueden alterarla, tales como la genética, la alimentación, el estrés y otros factores externos. 

Por supuesto, nuestro tipo de dieta, influirá considerablemente en su estado, por lo que hay que mantener una dieta variada y saludable. Más adelante te contaremos qué tipo de alimentos puedes incorporar a tu dieta para que tu microbiota esté equilibrada.

Las infecciones también pueden ser un factor que influya en nuestra microbiota intestinal, así como el estrés. Hacer deporte con regularidad, por ejemplo, es una buena forma de liberar estrés y energía. También meditar te ayudará a lidiar mejor con etapas de mayor estrés y te hará sentirte más relajado. Incorpora la práctica que mejor se adapte a ti como hábito a tu rutina y verás todo lo que puede aportarle a tu salud general. 

La microbiota puede verse afectada también por el sedentarismo o por un mal uso o por un exceso de antibióticos, y puede ocasionar molestias intestinales, dolor de cabeza o una disminución de nuestra energía. 

Así que, ya sabes: mantente activo, descansa lo suficiente, haz ejercicio de manera regular y mantén una dieta saludable y equilibrada. Las pequeñas prácticas de tu día a día pueden ayudarte mucho en el cuidado de tu microbiota y por tanto, en tu salud general. 

¿Cómo cuidar nuestra microbiota?

Los principales aspectos que nos indican que nuestra microbiota está sana son, por un lado, la cantidad de microorganismos, y por otro, su biodiversidad, es decir las distintas especies que se encuentran en ella. Por eso es bueno consumir alimentos que alimenten nuestra microbiota, pero también combinarlos para que estos sean variados. 

Los probióticos y prebióticos, de los que seguramente ya has oído hablar, son esenciales y unos grandes aliados a la hora de equilibrar nuestra flora intestinal. Combinarlos hace que nuestra microbiota permanezca sana. Además, los productos nutricionales que contienen prebióticos y/o probióticos tienen un efecto positivo en la piel al modular el sistema inmunitario y proporcionar beneficios terapéuticos para las enfermedades atópicas. 

Según la OMS, los probióticos son microorganismos vivos que, al ser administrados en cantidades adecuadas, pueden aportar beneficios para la salud del individuo. Es decir, son esos “bichitos” buenos en sí mismos.

Los prebióticos son alimentos (normalmente con un contenido de fibra bastante alto), que actúan como nutriente en nuestra microbiota y la ayudan a mantenerse equilibrada, favoreciendo la absorción de ciertos minerales. 

Podemos encontrar bacterias probióticas en diferentes alimentos como el yogur, el kéfir, el chucrut, los encurtidos, el tempeh, el miso y la kombucha. Pero cuidado, ¡no todas las kombuchas contienen probióticos! Pero buenas noticias: Komvida sí.

Komvida se trata de una bebida probiótica porque no está pasteurizada. Lo hacemos así para que mantenga todos esos microorganismos vivos y puedas disfrutarla con todos sus beneficios y propiedades. Por eso tiene que mantenerse siempre, siempre en frío. 

Si aún no tienes una dieta rica en probióticos, anímate con Komvida. Es una forma fácil y divertida de hacerlo. 

Los prebióticos, por otro lado, puedes encontrarlos en mayor medida en alimentos de origen vegetal. La miel, la leche, las hortalizas y las verduras, como por ejemplo el puerro, las cebollas, los espárragos o los ajos, las frutas como las bananas, los cereales como el trigo, o la avena, las legumbres como la soja y los frutos secos, son muy buenas opciones.

¿Conocías todo lo que conlleva cuidar tu microbiota? Seguro que más de lo que imaginabas. Incorpora hábitos saludables a tu rutina diaria y empieza a sentirte sano. Lleva una vida activa en la que hagas ejercicio de manera regular, duerme las horas suficientes para descansar, desconecta y libera estrés de la manera que mejor te funcione y mantén una dieta saludable y equilibrada. Las pequeñas prácticas de tu día a día pueden ayudarte a cuidar tu microbiota. Una microbiota sana repercutirá en tu salud general. 



Bibliografía

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