¿Qué dice la Universidad de Stanford sobre los fermentados?
Adaptación del artículo de Andrew Scrivani para The New York Times
El yogurt, el kimchi, la col fermentada y la kombucha podrían aumentar la diversidad de nuestra microbiota y actuar como antiinflamatorios naturales.
Los fermentados como el yogurt, el kimchi, la col fermentada y la kombucha han formado parte de la dieta habitual de muchas personas a lo largo de todo el mundo desde hace miles de años. De hecho, desde la antigüedad, las diferentes culturas recurrían a la fermentación para producir pan, queso, conservar carnes, vegetales y potenciar el sabor y textura de los alimentos.
Estudios recientes, concretamente de la Universidad de Stanford, han demostrado que los fermentados tienen importantes efectos en nuestro intestino, en concreto, en los miles de millones de bacterias que habitan en él. A este conjunto lo conocemos como “el microbioma o la microbiota”. Consumir fermentados podría también reducir los compuestos asociados a procesos inflamatorios, síntoma vinculado a enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
Desarrollo del estudio
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores de la Universidad de Stanford han comparado el efecto de una dieta rica en fermentados sobre el sistema inmunológico respecto a una dieta sana y rica en fibra. Para ello, reclutaron a 36 adultos sanos y los separaron arbitrariamente en dos grupos.
A un grupo se le proporcionó una dieta rica en fibra a base de frutas, vegetales, legumbres, cereales entre otros; y al segundo una dieta rica en fermentados: yogurt, col fermentada, kéfir, kombucha y kimchi en combinación con lácteos, verduras, hortalizas y otros alimentos crudos ricos en bacterias y levaduras.
Los participantes consumieron esa dieta durante unas 10 semanas. Mientras tanto, los investigadores monitorizaron los niveles de inflamación en sangre observando también los cambios que se producían en la microbiota.
Conclusiones del estudio
Tras estas 10 semanas, el primer grupo duplicó su ingesta de fibra y el segundo, consumió una media de seis raciones de fermentados al día. Ninguno de los grupos presentó cambios en su salud inmunológica en general. Pero los miembros del segundo grupo, presentaron un descenso en 19 compuestos asociados a procesos inflamatorios, entre ellos la interleucina 6, una proteína antiinflamatoria que suele estar elevada cuando se padecen enfermedades como la diabetes tipo2, o artritis reumatoide.
El primer grupo no presentó ningún descenso en los niveles de estos componentes.
A su vez, los integrantes del segundo grupo diversificaron su microbiota gracias a la ingesta de fermentados. Concretamente, el 5 % de las nuevas bacterias que se detectaron, eran consecuencia directa de la ingesta de fermentados.
Suzanne Devkota, directora del Microbiome Research del Cedars-Sinai Medical Center (L.A.), y que no participó en este estudio, afirmó que durante mucho tiempo se había asumido que tomar fermentados es bueno para la salud, pero que ahora hay evidencia científica sobre sus efectos positivos. (Oh, yes!)
En definitiva, contar con una microbiota variada contribuye a tener menos posibilidades de padecer obesidad, diabetes del tipo 2, problemas metabólicos y otras enfermedades.
Consulta el estudio:
Wastyk, H., Fragiadakis, G., Perelman, D., Dahan, D., Merrill, B., Yu, F., Topf, M., Gonzalez, C., Robinson, J., Elias, J., Sonnenburg, E., Gardner, C. and Sonnenburg, J., 2020. Gut Microbiota-Targeted Diets Modulate Human Immune Status. Cell, 184(16), pp.P4137-4153.